Por ayudar a quien quería,
me vi postrado ante la soga.
quedando solo ante la tormenta;
los rayos fueron mi juez ,
mi lágrimas mi perdón
y acabo de los día,
su alma me decapito.
quedando libre un impostor,
su mentiras fueron el filo,
que decapitaba mi alma,
dejando sin rostro alguno,
alguien que le admiraba.
2 - 2009
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