Si el mundo se pudiera mover,
con las manos,
yo sin duda lo pondría a tus pies.
Si el día se convirtiera en noche,
solo con el brillo de tus ojos,
bastaria para iluminar mi camino,
que me a relevar hacia ti.
Pero si el día se tonara ocre,
solo con los latidos de tu corazón,
seria capaz de ubicar mi exitencia.
Porque pocas cosa bastan para que
un Ruiseñor se pueda hayar en este,
abismo que se llama soledad.
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