En el crepúsculo de la noche,
las brisas amargas penetran en el interior,
de las fraguas pantanosas;
creando un vacío en el hueco de un galeón.
Donde yacen las almas huecas , heridas,
del infierno amargo del día.
Allá yacen las almas de la noche,
que sufren su lánguidos días
y deseos de que llegue,
el vacío oscuro de la noche.
Hueco queda en el alma cuando deja de amar,
porque deseas la noche y su libertad ,
que no sabes donde te va a llevar.
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